martes, julio 12, 2011

Confundir, silenciar, ignorar

Cuando las cosas se exponen claras se entienden.


Si no entiendes el discurso de ETA, las recetas de tu médico, a Hugo Chávez, el alcance de las cláusulas de un contrato, el BOE, o las tertulias de T5, es porque se expresan con lenguaje retorcido, o vago, o enfangado de ideas a medias o parrafadas extenuantes que no llevan a nada.

Este ahínco por crear confusión sólo puede ser por dos cosas:

1.- Verdaderamente no interesa que se entienda lo que hay de fondo
2.- Verdaderamente no interesa que se entienda que no hay nada de fondo



Luego están los que hablan claro y no se les oye y hay que estar atento para encontrarlos , porque normalmente les dejan ocupar poco espacio en los canales informativos.


Yo al señor Arcadi le entiendo muy bien hable en catalán o en lo que él quiera. De hecho, en sus conferencias suele hacerse eco del otro tipo de gente: los que hablan claro y tienen difusión pero daría igual que lo gritaran en calzoncillos porque son cosas que daría exactamente igual que se supieran que que no.

En esta, cuenta otra vez en qué consiste el oficio de George Soros. Y digo otra vez porque el propio Soros escribió un libro contándolo.







El poder analgésico de la rutina es lo que tiene, te indignas y luego bajas a hacer la compra.
Es como tiene que ser. Creo que es un mecanismo muy inteligente de la evolución para sobrevivir a una conciencia permanentemente atormentada por la impotencia.

Claro que ahora, internet existe. Y es potente.






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