Pues yo que sé. A mí me gustan los días largos y las noches tomando helados; de vez en cuando, el rudio y las aglomeraciones vienen bien porque llenan de energía; no tardo ni cinco minutos en preparar la maleta para un viaje improvisado, y no me molesta nada tener pajaritos cantando en mi ventana por las mañanas.
De hecho, me gustan tanto que he adoptado a uno y le he puesto nombre y todo:
Aquí está Panchito, mirando tan pancho desde una chimenea al lado de mi ventana.
Panchito siempre vuelve por la mañana y por la tarde para cantar un rato.
Panchito y sus colegas.
Panchito es un fiera, acaba de empezar la primavera y ya tiene chorvi ?!
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