postula que "la cantidad de información integrada que una entidad posee se corresponde con su nivel de conciencia".
Esto es, de un sistema cualquiera: una abeja, un recién nacido, un ordenador, una roca...,
que contenga información: pulsos de energía entre neuronas, bits, incluso cierto orden entre moléculas,
puede en principio deducirse mediante cálculo un número "Φ",
el cual arroja una medida segura de la extensión a la cual el sistema está integrado,
es decir, el grado de interconexión de la información contenida,
de modo que, a mayor integración, mayor consciencia en el sistema.
¿De estar en lo cierto, no sería increíble?
Para hacerlo aún más sorprendente, existe una creencia de la Grecia antigua en este sentido, con nombre que suena a magufada: panpsiquismo, que considera "toda realidad tiene una naturaleza psíquica y es de algún modo anímica, y que las cosas "materiales" solo son manifestaciones de la psique".
de modo que, a mayor integración, mayor consciencia en el sistema.
¿De estar en lo cierto, no sería increíble?
Para hacerlo aún más sorprendente, existe una creencia de la Grecia antigua en este sentido, con nombre que suena a magufada: panpsiquismo, que considera "toda realidad tiene una naturaleza psíquica y es de algún modo anímica, y que las cosas "materiales" solo son manifestaciones de la psique".
Dicho así, suena a cuento chino. Para empezar a creérselo, hay que dedicar cinco minutos a leerse el estupendo desarrollo que hace Enrique Rubio en el artículo "¿Hacia una teoría de la consciencia desde la complejidad?".
Léanlo y piensen sobre ello. ¿No ven ahora el mundo cambiado?
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